Monday, July 28, 2008

¡Alabado seas mi Señor por la hermana muerte!


Sor Fabiola Marcuzzi Di Bez
Hace diez años conocí tu vida como mujer de Dios, como esposa de Jesucristo, como hermana fiel y entregada a nuestra familia religiosa... recuerdo tu sonrisa dulce, tus delicadezas de mujer que lleva a Dios en el corazón, tus palabras de esperanzas y de aliento cuando las cosas no se veian bien, recuerdo tus paseos por los jardines de la casa, observando las plantas, en una mano la regadera y en la otra el rosario con ese sin fin de aves marias, pidiendo a nuestra Madre que nos haga más santos... recuerdo tus ir y venir a la despensa, con la lista para las compras, para que nada faltara a tus "monjitas"... como olvidar tus correcciones para ser una buena religiosa, fiel, perseverante y consagrada. No puedo dejar de lado aquel rostro de satisfacción cuando veias que la Provincia crecía y que más jóvenes se entusiasmaban por nuestro carisma, cómo olvidar tus infinitas historias, cuya protagonista principal era la Divina Providencia...
Ciertamente es difícil resumir 94 años de vida y mas de 60 de vida consagrada sólo a Dios y a nuestro espíritu franciscano - misionero.
Todas las hermanas jóvenes lloramos tu partida, tus ternuras ya no estarán con nosotras, pero nos queda el gran ejemplo que fuistes, tu fe a toda prueba y tu generosidad sin límites para dejar familia, patria e ideologías para acoger la diversidad de esta tierra chilena que te acogió con tanto cariño.
Gracias por decir sí al Señor, gracias por tu fraternidad y gracias porque tenemos la certeza que serás una nueva estrellita en el cielo para interceder por nosotras.
¡Dichosa tú porque has encontrado la perla preciosa y ya vendiste todo para comprarla!

Sunday, July 27, 2008

Profecía, mística y ascética...son la receta para vivir tras las huellas de Francisco de Asís


"Todos son mis hermanos"

Nunca habian resonado con tanta fuerza en mi corazón estas palabras, como lo fueran durante los cinco días de ejercicios espirituales que viví en el silencio y la oración en Lo Cañas, muy cerca de la cordillera, lugar de excelencia para encontrar a Dios.
Cada tema, cada oración, cada encuentro con mis hermanas son la caricia de un Dios que aun sigue amando con locura a aquellos que él ha elegido para continuar su obra, en medio de un mundo herido por las desiluciones y la violencia que a diario debemos ser testigo.

Varios temas de importancia fueron dando vida a estos días de reflexión y oración...

EL AMOR... alguien ha quedado indiferente ante tan noble sentimiento ?... creo que nadie. Socialmente estamos urgidos de caridad, es un llamado constante a amar y ser amados, de esta forma debemos mirar a todo como mi hermano, un ser que reclama algo de mi atención, pero más que eso, debe ser acogido y amado por mí.

LA FIDELIDAD E INFIDELIDAD... todos estamos invitados a la fiesta de la fraternidad, es más Dios nos invita constantemente a volver al primer amor. Dios quiere que nos amemos unos a otros y eso supone ser fieles y ser fiel es ayudar a conocer y crecer a mi hermano, porque Él nos hace hermanos... pero vivimos también de infidelidades, como el pecado de orgullo, es decir
creernos como dioses...en un mundo soberbio y altanero no nos queda otra opción que vivir en la fraternidad con minoridad, sencillos hijos de Dios, dedicar vida y esfuerzos en lo que podríamos llamar "pastoral de la oreja", es decir perder el tiempo en escucharnos, porque solo se escucha al que se ama.
LA HOSPITALIDAD... necesitamos ser acogidos, la escena de San Francisco con el Lobo de Gubbio nos interpela y nos invita a acoger a todos aquellos que se manifiestan en la violencia porque no se sienten amados ni aceptados como son...
Estas y otras reflexiones me acompañaron en esos frios días...que no se sintieron ante tan magnifico calor humano, calor de hermana, calor de fraternidad...
Gracias a todas mis hermanas, especialmente a aquellas que han sido la mano amiga en este camino de consagración... Dios las bendiga!!!

Creando vinculos!!

Creando vinculos!!
Cada uno es responsable para siempre de aquello que ha domesticado.